La Carta de la Semana (22/12/2016): YO PUSE EL “BELÉN”


Eran los 19:00 h. cuando hablé por teléfono con mi sobrina, implicada en estas fechas en la escenificación del “Belén Viviente” con los compañeros de la catequesis para la primera en las parroquias de San Sebastián de la Gomera. A ella le tocó hacer de Ángel Gabriel en la escena de la Anunciación. Le viene bien a mi sobrina dar anuncio de las cosas que ocurren; buen papel…

Esta sencilla conversación acaeció en paralelo con el anuncio de un movimiento en la red, un hasgtad #yopongoelbelen, que reivindica esta entrañable tradición de nuestra cultura en la que en las casas, a partir del día 8 de diciembre, día de la Inmaculada, se coloca en algún rincón del hogar las figuras del Portal de Belén que recuerdan el nacimiento de Jesús. A estas alturas del mes no se trata sino de hablar casi en pasado y reconocer, o no, que yo puse el Belén.

Siempre será preferible convertir en viviente la puesta de las figuras del Portal. Porque las tradiciones pueden ser vivientes, actuales, existenciales, activas, significativas…, o pueden ser sólo tradiciones. Lo pongamos donde lo pongamos, lo verdaderamente importante es que el mensaje del Belén sigue siendo actual y significativo para quienes hemos sido sorprendidos por aquella verdad que sigue siendo hoy fuente de alegría y salvación. Y esa alegría hace que las estáticas figuras del Portal recobren vida y nuestro existencial Belén vuelva a ser viviente en nuestro corazón.

Es una buena noticia haber sido sorprendidos por un amor infinito en la ternura de un bebé, envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Una noticia de esperanza para quienes nos asusta imaginar un final definitivo a nuestras vidas y poseemos un corazón que no se contenta con ese final. Una buena noticia reconocer que podemos volver a comenzar cuando el error o el pecado entran en escena. Hay platos rotos que pueden volver a ser platos sanos. Hay solución a nuestros fracasos. Viviente, sí; yo quiero poner el Belén viviente.

De pequeños, era mi hermana la encargada de ir acercando las figuras al Portal mientras se acercaba el día 25 de diciembre -incluyendo a los Reyes Magos que llegaban el 6 de enero-. Aquellos movimientos progresivos lo convertían en viviente.

Hagamos viviente nuestro Portal de Belén.

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