La Carta de la Semana (04/08/2016): "UNAS VACACIONES HÁBILES"


Un buen número de personas han comenzado este mes su período de descanso vacacional. Agosto es en España un mes inhábil en muchos sectores de la vida social, al menos, un mes ralentizado para numerosas gestiones. Por eso, tengamos o no vacaciones en agosto, toda España está distinta el mes de agosto. Las vacaciones las disfrutamos o las sufrimos, pero todos las experimentamos. Es un derecho social tener periodos de descanso. Diariamente, semanalmente y, como ahora, anualmente. El descanso como derecho y como necesidad.

En poco más de dos semanas volverán a aparecer reflexiones en los medios de comunicación sobre el síndrome posvacacional. Después de un periodo de inactividad, volver a iniciar la actividad parece que resulta traumático. Si esto ocurre es porque, o bien el trabajo lo enfocamos mal o bien las vacacionas las programamos mal. Tener en la vida tiempos que rompen de forma radical el devenir del tiempo no termina de ser ocasión verdadera de descanso. Para algunos las vacaciones son organizadas como un tiempo para realizar otras actividades que, ordinariamente, no pueden ser realizadas en medio de los compromisos laborales. Es un derecho el descanso, pero es un deber descansar bien. La familia, los amigos, la lectura, las visitas, el descanso, el turismo, etc., debemos combinarlo de tal manera que salgamos del periodo vacacional verdaderamente con las “pilas cargadas” y con ganas de retomar la actividad laboral.

Las vacaciones deben servirnos, como todo lo que hacemos, para crecer y desarrollarnos. Si no, tendremos vacaciones, pero no vendrán en nuestra ayuda verdaderamente. Si después de un mes de vacaciones no hemos descansado, no hemos profundizado nuestros vínculos familiares, no hemos enriquecido nuestro bagaje cultural, no hemos resintonizado espiritualmente…, entonces sí que tendrán razón los predicadores del síndrome posvacacional.

La semana pasado, en una conversación, me comentaba alguien que un familiar cercano iba a pasar el mes de agosto, sus vacaciones, en Cabo Verde. Que en años anteriores las pasó en otros países de África realizando actividades solidarias. Me decía que se trata de una experiencia que describe como llenas de entusiasmo. Para otros sería gastar el mes de descanso sin descansar. Para él, cambiar de actividad es tan gratificante que lo verifica en su trabajo a lo largo del año. No todos podremos hacer eso, pero sí que todos podremos hacer de nuestro período de descanso una ocasión para la generosidad, la compasión, el crecimiento personal y la recuperación de vínculos interpersonales. 

Qué bueno que hayamos incorporado las vacaciones a la lista de derechos sociales.

Comentarios

  1. Otro buen artículo o carta, don Juan Pedro. Sigo envidiándole su claridad de ideas, capacidad de síntesis y belleza expresiva. Nuestras vacaciones, este año han sido en la bonita isla del Hierro, que para nosotros no consiste en estar sin hacer nada, sino simplemente cambiar de actividad. Entre ella, tenerle muy presente y encomendar su recuperación En la Santa misa y la oración -compatibles con las vacaciones- . Como, tengo la seguridad ha hecho el resto de nuestra familia; porque, a pesar de su amor al Barça, ¡hasta le queremos! Que Dios le guarde. Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario